Sondas automáticas llamadas Venera

A inicios de la década de 1960, la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, inició un programa especial de exploración del planeta Venus con una serie de sondas automáticas llamadas Venera, lo que significaba Venus. Las primeras seis naves de la serie, no estaban diseñadas para realizar aterrizajes suaves sobre la superficie de ese planeta y sólo penetraban su atmósfera y terminaban impactándose en su suelo. Con la primera nave de la serie se perdió contacto y Venera 2 no envió los datos. Venera 3 sería el primer objeto hecho por el ser humano en ingresar en la atmósfera y chocar con la superficie de otro planeta.